Ha sido tumbarse de costado y convertirse en repisa. Este archivador KNUFF se ha transformado en todo un pequeño mueble auxiliar adosado en una esquina.
Es un trabajo de Ana Belén, y nos lo cuenta así:
"Me he animado también y he transformado un archivador KNUFF en una práctica y decorativa repisa para colocar el teléfono inalámbrico que siempre tenía por el suelo de la cocina, y aprovechar el hueco del archivador para colocar la correspondencia.
Le he dado una mano de gueso y después dos manos de pintura color tapioca. Después he recortado unos pollitos y unas flores de un par de servilletas, las he pegado y por último le he dado tres manos de barniz al agua. Y este ha sido el resultado".
Podéis ver el trabajo completo en este enlace.