jueves, 12 de febrero de 2009


Así es como llegó este mueble DALVIKEN (ya descatalogado) a la vida y al dormitorio de María. Ella necesitaba una mesilla estrecha que encajara junto a su cama y el deseo se hizo realidad.

Abandonada en la calle, tiritando de frío como solo las mesitas de madera saben tiritar, deseando el calor de un hogar y rogando por un techo, DALVIKEN maldecía su suerte cuando un ángel cruzó sus dos anhelos e hizo que se encontraran...


La alegría de ambas fue inmensa cuando juntas, subieron a casa y comprobaron que eran la una para la otra. María la vistió de pintura y DALVIKEN, coqueta, le devolvió un beso.

Blog de María: Naïf&tastic.
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