Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... cuánto tiempo pasa hasta que los niños son capaces de comprender los números sin que uno sea uno, dos sean dos y tres sean muchos.
Bueno es que se acostumbren a verlos por ahí, y si se visten de colores alegres mejor que mejor.
Bet ideó un organizador numerado para su futuro hijo o hija, y nos lo cuenta así:
"Hemos comprado un KUSINER rojo para la habitación de nuestr@ niñ@ que llegará, esperemos que pronto, de Mali. Como lo veía muy soso le he añadido unos números con velcro por detrás para que aprenda a ordenarlos".
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