Bien plantás, como dicen en mi pueblo. Así son las lámparas que Paula Varona ha ideado para su pasillo, realizadas con macetas SOCKER, paciencia, y maña. Paula nos da una larga explicación sobre cómo desarrolló la idea:
Llevo ya tiempo siguiendo vuestro blog y tenía muchas ganas de poder empezar a poner en práctica algunas de las ideas que dais, o en las que me puedo inspirar. Ahora he alquilado un piso que estaba amueblado, pero tenía solo lo más básico y le faltaba algún toque de personalidad, así que es el momento perfecto para unir los dos factores clave: mis ganas de hacer cosas nuevas y los límites en el presupuesto.
De momento no he hecho grandes gestas. He colocado algunas lámparas y cortinas económicas que me gustaban de Ikea y que encajaban bien con lo que necesitaba, pero había un punto de la casa en el que no había nada que me cuadrara: las bombillas del pasillo.
Yo siempre me he imaginado un pasillo con halógenos algún otro tipo de iluminación incrustada en el techo (lo de las lámparas colgando me recuerda a la casa de mi abuela y además supone un problema porque en casa todos somos altos). Pero el piso que hemos alquilado tenía las bombillas colgando y no tenía ganas de gastarme mucho dinero en eso, así que se me ocurrió colgar unos maceteros boca abajo que quedaran pegados al techo y disimularan las bombillas (había visto la idea antes en vuestro blog y en algún otro sitio de la red y me parecía que tenía que quedar bien).
Estuve buscando maceteros, pero los pequeños me parecían demasiado cortos para ocultar la bombilla, y por fin encontré los SOCKER en Ikea. Cumplían todas las condiciones: sencillos, baratos, largos y no demasiado grandes.
Así que me puse manos a la obra. Para empezar le pedí a mi padre que les hiciera un taladro en la parte de abajo para pasar los cables y preparé la sujeción para el techo. Reconozco que esto es un tanto casero y estoy segura de que podría hacerse mejor, pero yo utilicé No más Clavos de doble cara, que pega muy bien y aguanta sin problemas cosas con poco peso. Desmonté las boquillas de las bombillas (con la luz desconectada del interruptor principal durante todo el proceso, que a mí eso de electrocutarme no me inspira mucho), pasé los cables por el taladro de las macetas y las pegué al techo.
Después solo me quedaba volver a montar la boquilla y voilà, ya tenía lámparas. Como los cables que salían del techo eran bastante rígidos, los enrollé también una vez dentro de la bombilla para que esta quedará más metida y, ya de paso, que sujetaran un poco más la lámpara. Lo más complicado de todo fue volver a montar la boquilla una vez colocada la maceta porque no hay demasiado espacio para las manos, pero no es imposible.
Os envío unas fotos para que veáis cómo quedan y el efecto que hacen con la luz encendida y apagada. A mí el resultado me gusta mucho y creo que le dan un aire bastante original al pasillo. Espero que os gusten.
Más de Paula Varona en www.traduo.com.