El que guarda halla. Esta es una de las frases preferidas de mi madre, y tiene toda la razón. Natalia guardó durante años cartas que iba recibiendo y un buen día decidió exponerlas en un lugar bien visible: su mesa de cocina.
Natalia nos cuenta el proceso:
"Mi cocina es muy estrecha y no cabía una mesa que no fuera plegable, así que instalé la mesa NORBO en la pared, la pinté de negro, le pegué un montón de sellos que saqué de todas las cartas recibidas a lo largo de los años (imaginad sólo el trabajo que supone despegarlos, secarlos, plancharlos, pegarlos con cola de empapelar) y la barnicé.
El resultado es para gustos... ¡O lo amas o lo odias!"