Cuando un trozo de madera se convierte en un cabecero, su cotización sube como la espuma, como sucede con los famosillos de tercera generación, que una modeluki de barrio puede convertirse en gran dama de la sociedad vía noviazgo.
Pues eso pasa con ciertos maderámenes, que no tienen otro mérito más que cambiar de posición social arrimándose a la pared, como si esta fuera Paquirrín.
Elena hizo lo propio con un tablero y unos focos pero sin pagar caras exclusivas.
Estas son sus declaraciones en exclusiva para Piratas:
"La idea se nos ocurrió porque teníamos un canapé y ningún cabecero se nos adaptaba. Miramos muchas soluciones en Internet pero ninguna de ellas bajaba de 200 euros.
Descubrimos Piratas de Ikea y esto fue lo que se nos ocurrió:
Un tablero de mesa VIKA AMON(59 €) + 2 focos KVART (2 x 3.99 €) = 66.98.
Está claro que la necesidad agudiza el ingenio".