Que duro es estar colgada boca abajo... pensaba todos los días esta lámpara STÖLLET, mientras esperaba dentro de su caja de cartón a que algún Ikeamaníaco se la llevara a su casa para exhibirla, colgada de los pulgares.
Pero cual fue su sorpresa cuando un buen día amaneció en la casa de Hanttula y comprobó que su destino era mucho más cómodo que el que durante su corta vida había esperado. Se iba a convertir en una lámpara de mesa!!!
Y aún había otra buena noticia: iba a compartir su vida con un macetero BJURÖN.
-No es bueno estar sola - pensó -, será perfecto, mientras el me sujeta yo le daré calor y luz.
Esta es la historia con final feliz de una lámpara que soñaba con una vida mejor.
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