Que pena da tirar una butaca cómoda... Cuando nuestro cuerpo traba amistad con un sillón no hay nada que pueda separarnos de él. Una buena funda y a disfrutar del descanso otro tiempo más.
Esta butaca TULLSTA se encontraba muy deteriorada por el uso, pero sus dueños han confeccionado para ella una funda de patchwork que la hace sentirse como un niño con zapatos nuevos.
La acertada combinación de colores, que guardan gran armonía entre sí, convierten esta renovada poltrona un divertido foco de atención.
Visto en Flickr.
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