miércoles, 10 de julio de 2013


Cuando un mueble empieza a perder el lustre hay dos alternativas: reciclarlo y reutilizarlo o dárselo a alguien con buenas manos para que haga lo propio y le de una nueva vida. Yolanda tuvo muy clara la primera opción y así, tras trabajar con metros y metros de cuerda,  puede seguir disfrutando de la mecedora GULLHOLMEN en su jardín.

Producto utilizado: IKEA PS GULLHOLMEN

Tras años en el jardín, la anea se pudrió y quedó negra y fea. Sin embargo, me encantaba la línea de la silla y no encontraba nada parecido, así que decidí desnudarla, ver cómo era la estructura y qué posibilidades había de tunearla.

Al ver la estructura, decidí que sería posible rehacer la silla con cuerda o algún otro material. Antes de desmontar del todo la silla, conté cuantas vueltas de anea llevaba, para calcular cuántos metros de cuerda me harían falta (la silla mide unos 50 cm de media de ancho, tomando en cuenta que habría que tender la cuerda por arriba y abajo, cada fila de anea significaba 1 metro de cuerda). Saqué la conclusión de que necesitaría unos 90 metros de cuerda por cada silla. En realidad, me ha llevado 100 metros de cuerda por silla.



Buscando en Internet, me decidí por la cuerda de sisal cableada, porque es la que usan los transportistas para las mudanzas por su resistencia y poca elasticidad (no vaya a ser que después de usar la silla, se quede el asiento demasiado flojo), además es una cuerda que aguanta estar a la intemperie.

Sin embargo, esa cuerda me salía carísima en las tiendas de bricolaje (a 1 euro el metro, por 200 metros, 200 euros). Así que busqué y busqué en Internet y encontré la ferretería Herraiz. En esta tienda, puestos los 200 metros de cuerda en mi casa (cruzando España de norte a sur) me costaron los 200 metros 47 euros (no llega ni a 25 euros por silla, menos de la la mitad que nueva).



Para reconstruir la silla, comencé por hacer una estructura que diera solidez a la estructura. Para sujetar los comienzos y finales de cuerda, los sujeté al hierro con cinta aislante negra. Luego, cuando enrollas la cuerda por encima, ni se ven.



Este es el resultado final de la transformación. Menos de 25 euros por silla. Eso sí, la primera silla me llevó más de dos días hacerla. La segunda, no llegó a cuatro horas. Pero aviso: usad buenos guantes, porque con la cuerda te destrozas las manos.

Podéis ver la sensación tan diferente que da en el jardín ya renovada. Por cierto, para asegurarme de que dure más tiempo, he aplicado sobre la cuerda cera transparente para muebles comprada en un bazar (1/2 kilo 2 euros) y así el agua de la lluvia resbala sobre la cuerda

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