El betún es así, un maquillador muy profesional. Tú le confías unos zapatos ajados y él te los devuelve hechos un figurín.
Es cosa de familia; su pariente lejano, el betún de judea hace lo mismo con los muebles: los maquea, les saca brillo, y los convierte en unos pedazo de aristócratas.
Virginia nos cuenta la historia de este mueble:
"Mi hija buscaba para su casa un zapatero, solo tenia 17 cm de fondo y yo le comente que el zapatero SANDNER de Ikea era perfecto. Después de mucho buscar me escucharon y les dije como transformarlo con una capa de betún de judea y tiradores de Zara Home.
Y listo, nadie dice que es de Ikea, hay que decírselo y no se lo creen".