lunes, 28 de noviembre de 2011


Una de las tareas de bricolaje que mas imponen en un principio son las que implican manejar cables y realizar instalaciones eléctricas, por pequeñas que sean. Trabajos como el de Javi animan a meterse en harina, a la vista del magnífico resultado.

Cuando amueblamos el recibidor con un aparador y un espejo tipo colonial y tono wengué, no encontramos ninguna lámpara que nos encajase, y además preferíamos colocar la iluminación en la pared en lugar de en el techo (sacar el punto de luz en la pared sin que se viera ningún cable fue una aventura importante, pero ese es otro tema). Así que trincamos tres pantallas de papel (ahora en la web aparece como modelo Orgel de lámpara de pared, pero nosotros pudimos comprar las pantallas sueltas) que eran bien baratas, y nos cruzamos al Leroy Merlin a por un tablero de pino y tres casquillos para las bombillas. Teñimos el tablero y coloqué los tres casquillos en él.



El casquillo que compré tenía el soporte de anclaje en forma de Z con lo que la pantalla va simplemente sujeta en el propio casquillo. Añadimos unas bombillas de bajo consumo y unos topes para separar el tablero un par de centímetros de la pared. Y voilá, un laámpara de pared a medida y que aparte de ir completamente a juego con los muebles, da una luz superchula.
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