lunes, 23 de noviembre de 2009


Los mejores regalos son los que nacen del corazón. Ni Vuitones, ni Chaneles. El verdadero valor de un buen regalo es el amor que se pone en él, y eso, cuando se quita el papel y aparece el presente, se reconoce al instante.

Arancha lo sabe bien, y por ello, en un momento especial creó un regalo no menos especial para una buena amiga.




Así nos lo ha contado:

"El verano pasado se casó una de mis mejores amigas y le hice dos escenas en miniatura con recuerdos de nuestra infancia, en invierno y en verano. Para ello utilicé un viejo conocido de las aficionadas a las miniaturas, el invernadero FRÖ".



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