Los mejores regalos son los que nacen del corazón. Ni Vuitones, ni Chaneles. El verdadero valor de un buen regalo es el amor que se pone en él, y eso, cuando se quita el papel y aparece el presente, se reconoce al instante.
Arancha lo sabe bien, y por ello, en un momento especial creó un regalo no menos especial para una buena amiga.
Así nos lo ha contado:
"El verano pasado se casó una de mis mejores amigas y le hice dos escenas en miniatura con recuerdos de nuestra infancia, en invierno y en verano. Para ello utilicé un viejo conocido de las aficionadas a las miniaturas, el invernadero FRÖ".