viernes, 20 de marzo de 2009


La opción de poner fundas a los sofás esta a la orden del día, sobre todo si por la casas pululan seres bajitos como niños, perros, gatos o conejos.

Eso sí, sin llegar al extremo de aquella buena mujer que tapizó su sofá y encargó una funda para no estropear la tapicería nueva y una segunda funda para colocar sobre la primera...

Yoli ha encontrado una buena solución para mantener su sofá a salvo de los envites de sus animales y poder renovar las fundas con regularidad sin invertir mucho dinero.


Estas son sus palabras.

"Tenemos un sofá muy grande, y con dos gatas y un conejo está un poco perjudicado. No consigo encontrar fundas modernas a su medida, de manera que me decidí a utilizar las fundas nórdicas de Ikea.

Sólo hay que descoserlas y se obtiene una buena cantidad de tejido para recubrir el sofá. No he cosido la forma del sofá, solo está remetido por varios sitios, pero creo que queda bastante bien.


La primera funda fue BRUNKRISSLA en color azul, luego vino BIBBI SNURR en verde y actualmente está HULDA RUND en naranja. Esta última es reversible, por lo que queda el sofá partido por la mitad".
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