Encontrar un lugar en la casa donde trabajar con el ordenador no suele ser tarea fácil cuando el espacio escasea.
No hablamos ya de dedicar una habitación a tal fin, sino de encontrar la manera de integrarlo en el salón, cocina o dormitorio sin que ocupe un gran espacio.
James se enfrentó a este reto y supo solucionarlo de manera sobresaliente.
Modificó un mueble de cocina FAKTUM de 92 x 40 cm reduciendo sus dimensiones en anchura, altura y profundidad.
Para poder tener el equipo y el cableado oculto cuando no se usa, colocó una puerta a la que añadió una solapa plegable gracias a la cual, una vez abierta, aparece un escritorio con unas dimensiones adecuadas para el trabajo.
Una vez terminada la sesión el mueble toma la apariencia de una simple repisa sobre la cual descansa el monitor, que funciona también como televisor.
Visto en Apartment Therapy.